Para empezar podemos decir que los ambientes de
aprendizaje fueron concebidos originalmente como “todos aquellos elementos
físicosensoriales, tales como la luz, el color, el sonido, el espacio, el
mobiliario, etc., que caracterizan el lugar donde un estudiante ha de realizar
su aprendizaje. Este contorno debe estar diseñado de modo que el aprendizaje se
desarrolle con un mínimo de tensión y un máximo de eficacia” [Husen y
Postlethwaite,1989]
En la actualidad hay diversas maneras de concebir a
un ambiente de aprendizaje en la educación formal [Moreno et al., 1998], que
contemplan no solamente los espacios físicos y los medios, sino también los elementos
básicos del diseño institucional. Al parecer, existen al menos cinco
componentes principales que lo conforman: el espacio, el aprendiz, el asesor,
los contenidos educativos y los medios de información y comunicación.
En las sociedades del conocimiento, los individuos
se adentran en un mundo nuevo y de gran trascendencia para sus vidas, en el que la gestión, adquisición,
transformación, diseminación y aplicación de los conocimientos se presenta en
un mismo espacio, que puede ser físico o virtual. [Gros Salvat,2000].
Los ambientes de aprendizaje no se circunscriben a
la educación formal, ni tampoco a una modalidad educativa particular, se trata
de aquellos espacios en donde se crean las condiciones para que el individuo se
apropie de nuevos conocimientos, de nuevas experiencias, de nuevos elementos
que le generen procesos de análisis, reflexión y apropiación. Llamémosle
virtuales en el sentido que no se llevan a cabo en un lugar predeterminado, es
donde las nuevas tecnologías tales como los sistemas satelitales, el Internet,
los multimedia, y la televisión interactiva entre otros se han potencializado rebasando
al entorno escolar tradicional que favorece al conocimiento y a la apropiación
de contenidos, experiencias y procesos pedagógico comunicacionales [Avila y
Bosco, 2001].
“Son varias las disciplinas relacionadas de alguna
manera con el concepto de ambientes de aprendizaje, también llamados, ambientes
educativos, términos que se utilizan indistintamente para aludir a un mismo
objeto de estudio. Desde la perspectiva ambiental de la educación, la
ecológica, la psicología, la sistémica en teoría del currículo, así como
enfoques propios de la teología y la prosémica, entre otros, se ha contribuido
a delimitar este concepto, que actualmente demanda ser reflexionado dada la
proliferación de ambientes educativos en la sociedad contemporánea y que no son
propiamente escolares.”[1]
Según Daniel Raichvarg (1994, pp. 21-28) la palabra
“ambiente“ data de 1921, y fue introducida por los geógrafos que consideraban
que la palabra “medio” era insuficiente para dar cuenta de la acción de los
seres humanos sobre su medio. El ambiente se deriva de la interacción del
hombre con el entorno natural que lo rodea. Se trata de una concepción activa
que involucra al ser humano y por tanto involucra acciones pedagógicas en las
que, quienes aprenden, están en condiciones de reflexionar sobre su propia
acción y sobre las de otros, en relación con el ambiente.
Desde otros saberes, el ambiente es concebido como
el conjunto de factores internos biológicos y químicos y externos, físicos y
psicosociales que favorecen o dificultan la interacción social. El ambiente
debe trascender entonces la noción simplista de espacio físico, como contorno
natural y abrirse a las diversas relaciones humanas que aportan sentido a su
existencia. Desde esta perspectiva se trata de un espacio de construcción
significativa de la cultura.
El ambiente es concebido como construcción diaria,
reflexión cotidiana, singularidad permanente que asegure la diversidad y con
ella la riqueza de la vida en relación (OSPINA, 1999). La expresión ambiente
educativo induce a pensar el ambiente como sujeto que actúa con el ser humano y
lo transforma. De allí se deriva que educa la ciudad (la ciudad educadora)
(Naranjo y Torres, 1996), la calle, la escuela, la familia, el barrio y los
grupos de pares, entre otros. Reflexionar sobre ambientes educativos para el
sano desarrollo de los sujetos convoca a concebir un gran tejido construido,
con el fin específico de aprender y educarse.
Otra de las nociones de ambiente educativo remite
al escenario donde existen y se desarrollan condiciones favorables de
aprendizaje. Un espacio y un tiempo en movimiento, donde los participantes
desarrollan capacidades, competencias, habilidades y valores (Centro de
Educación en Apoyo a la Producción y al
Medio Ambiente. A. C. CEP Parras, México).
Los ambientes educativos también están signados por
la identidad, pues la gestión de las identidades y lo cultural propio es la
posibilidad de creación de relación es de solidaridad, comprensión y apoyo
mutuo e interacción social.
El ambiente educativo no se limita a las
condiciones materiales necesarias para la implementación del currículo,
cualquiera que sea su concepción, o a las relaciones interpersonales básicas
entre maestros y alumnos. Por el contrario, se instaura en las dinámicas que
constituyen los procesos educativos y que involucran acciones, experiencias
vivencias por cada uno de los participantes; actitudes, condiciones materiales
y socioafectivas, múltiples relaciones con el entorno y la infraestructura
necesaria para la concreción de los propósitos culturales que se hacen
explícitos en toda propuesta educativa.
Por ambiente educativo se refiere una u otra
denominación, no sólo se considera el medio físico sino las interacciones que
se producen en dicho medio. Son tenidas en cuenta, por tanto la organización y
disposición espacial, las relaciones establecidas entre los elementos de su estructura,
pero también, las pautas de comportamiento que en él se desarrollan, el tipo de
relaciones que mantienen las personas con los objetos, las interacciones que se
producen entre las personas, los roles que se establecen, los criterios que
prevalecen y las actividades que se realizan.
“Los ambientes de aprendizaje son ámbitos escolares
de desarrollo humano; por esto, potencian el desarrollo en los tres aspectos:
socioafectivo, cognitivo y físico-creativo. Además, este desarrollo ocurre a
partir de unas experiencias que han sido determinadas por una intención formativa, lo que significa
que no han ocurrido de manera casual siguiendo las circunstancias, sino que
apuntan a los propósitos de maestros que buscan el desarrollo deseable del
sujeto. Los ambientes de aprendizaje, entonces, ocurren siempre en el marco
escolar y buscan brindar a los estudiantes las herramientas para que logren
fortalecer habilidades para el aprendizaje autónomo.
Para alcanzar y mantener este desarrollo, el sujeto
debe interactuar en estos espacios para aprender ciertas actitudes,
conocimientos y habilidades que son fundamentales en la vida dentro de la
sociedad que lo enmarca; en otras palabras, el sujeto, para desarrollarse en el
sentido socialmente deseable y para hacerlo de manera integral, esto es, en las
tres dimensiones, necesita unos aprendizajes que resultan esenciales,
fundamentales y necesarios, pues sin ellos le será difícil obtener las
experiencias y estímulos necesarios para su desarrollo.
Estos aprendizajes esenciales provienen de
diferentes fuentes; puede tratarse de saberes relacionados con disciplinas
académicas, pueden ser saberes propios de una tradición cultural y popular,
pueden consistir en saberes relacionados con su afectividad o su talento. Sin
importar su proveniencia, este conjunto de aprendizajes esenciales son los
necesarios para el desarrollo del sujeto en el sentido formativo que busca la
escuela; en consecuencia, el propósito de los ambientes de aprendizaje será que
los sujetos en formación logren unos aprendizajes esenciales para la vida y,
así, se eduquen de manera integral”[2].
[1][1]
Revista Iberoamericana de
Educación (ISSN: 1681-5653) AMBIENTES DE APRENDIZAJE, UNA APROXIMACIÓN
CONCEPTUAL Jakeline
Duarte Duarte
[2]
Secretaría de educación del
distrito subsecretaría de calidad y pertinencia dirección de educación
preescolar y básica. AMBIENTES DE APRENDIZAJE PARA EL DESARROLLO HUMANO REORGANIZACIÓN
CURRICULAR POR CICLOS. Herramienta de consulta y orientación para el diseño e
implementación de los ambientes de aprendizaje volumen 3. Andrea Milena Guardia
Hernández
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